Tessa empujó las cortinas del carruaje a un lado. Fuera ella podía ver las luces de gas pasando en un manchón amarillo; dos niños estaban amontonados contra una puerta, apoyándose el uno contra el otro, dormidos. Temple Bar flotando por encima de sus cabezas.

"¿Alguna vez has pensado en transformarte a ti misma en uno de tus padres?" Preguntó Will. "Tu madre o padre? Te daría acceso a sus recuerdos, ¿no? "Se dio la vuelta para mirarlo. "He pensado en ello. Por supuesto que lo he hecho. Pero no tengo nada de mi padre o madre. Todo lo que tenía fue empacado en mis baúles para el viaje, y aquí fue descartado por las Hermanas Oscuras "."¿Qué pasa con tu collar de ángel?" Preguntó Will. "No era eso de tu madre?"Tessa negó con la cabeza. "He intentado. Yo – no puedo alcanzar nada de ella en él. Ha sido mío durante tanto tiempo, creo yo, que lo que lo hizo de ella, se ha evaporado, como el agua. "Los ojos de Will eran de color azul oscuro en las sombras. "Tal vez eres una chica mecánica. Tal vez el padre brujo de Mortmain te construyó, y ahora Mortmain busca el secreto de cómo crear tan perfecto facsímil de la vida, cuando lo único que puede construir son monstruos horribles. Quizá todo lo que late bajo tu pecho es un corazón de metal. "Tessa jaló una inspiración, sintiéndose mareada momentáneamente. Su voz suave era tan convincente, y sin embargo, - "No," dijo bruscamente. "Te olvidas, que recuerdo mi infancia. Las criaturas mecánicas no cambian o crecen. Tampoco explicaría mi habilidad.""Lo sé", dijo Will, con una sonrisa que brillaba blanca en la oscuridad. "Yo sólo quería ver si podía convencerte *a ti*."Tessa le miró fijamente. "Entre nosotros, yo no soy la que no tiene corazón.”
Estaba deamsiado sombrío en el carruaje para saber, pero ella sintió que él se había sonrojado como hacía cuando estaba sorprendido o molesto, a través de la parte superior de sus pómulos. Para su sorpresa él extendió una mano enguantada hacia ella. Solo cepilló los bordes de sus rizos, la piel de cabritilla suave contra su mejilla - y las ruedas del carruaje se detuvieron con una sacudida. Habían llegado.