Posted by : sonirueda2009 domingo, 9 de octubre de 2011


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Capítulo 6  Tierra forastera

Este capítulo es bastante interesante.
Habla de la vuelta a la casa oscura de Will acompañado por Jem, es este caso para buscar información de algunos miembros y sus direcciones.
Pero lo que lo hace realmente interesante es que es la primera vez que se nombra a la viruela demoníaca, jjaja.







“Bonito lugar para vivir, ¿verdad? Esperemos encontrar algo en esta pocilga. Algunas direcciones, algunos miembros, una prostituta o dos…”
"En efecto. Tal vez, si somos afortunados, aun podremos contagiarnos de sífilis.”
“O viruela demoniaca.” Sugirió Will alegremente, intentando con la puerta bajo de las escaleras.
Se abrió en un segundo, sin llave, como en la entrada. “Siempre hay viruela de demonio.”
“La viruela demoniaca no existe.”
“Oh, hombre de poca fe,” dijo Will, desapareciendo en la oscuridad.
Comenzaron a registrar el lugar encontrando solo mugre e insectos en un lugar que parecía estar
completamente deshabitado desde hacía realmente mucho tiempo, incluso el lugar donde se había dado la pelea con las hermanas oscuras parecía haber sido removido.
Will y Jem se habían separado para registrar la casa. Y Will escuchó un grito de Jem llamandolo para ver su hallazgo: el cuerpo de una mujer sentada en una silla, una mujer que no parecía estar ni viva ni muerta, Un ser que de golpe comenzó a chillar advertencias a los intrusos

“Cuidado Nephillim. Así como ustedes asesinan a otros, serán asesinados. Su ángel no podrá protegerlos contra algo que ni Dios ni el diablo han creado, un ejército que no fue creado ni en el cielo, ni en el infierno. Tengan cuidado de la mano del hombre. Cuidado.” Su voz empezó a repicar más alto, a rechinar como un chillido y se echó atrás y adelante como una marioneta a la que le han jalado de sus hilos invisibles. “CUIDADO CUIDADO CUIDADO CUIDADO…”
Y descubrieron lo que era ese cuerpo... algo con aspecto humano en el exterior, pero con un interior mecánico, con lustrosos alambres de cobre que sostenía uno de sus ojos y brillos metálicos que provenían del interior de su garganta, visible a través de su boca abierta.

Decidieron llevar ese cuerpo inanimado al Instituto ya que les recordó los inventos de Henry.

Mientras los chicos realizaban su investigación en la Casa Oscura, Tessa y Jessamine realizaban un recorrido en el Hyde Park, el lugar más top de la época para dejarse ver las damas y los caballeros adinerados, las personas de la alta sociedad, vestidos con sus mejores galas de paseo, tomando variedades de té sentados en butacas bajo los árboles, jugando con sus sombrillas las damas y fumando los caballeros a su lado.
Jessamine, ¿alguna vez has leído El Farolero?”
“Por supuesto que no. Las chicas no deberían leer novelas,” dijo Jessamine, en el tono en que alguien recita algo que ha oído en algún otro lugar. “A pesar de todo señorita Gray, tengo una proposición que hacerle.”Tessa,” la corrigió automáticamente. “Claro, ya somos las mejores de las amigas” dijo Jessamine, “y pronto seremos más que eso.”
Jess no paraba de hablar de los sueños de sus padres de que ella no perteneciera a los cazadores de sombras, sueños que ella compartía y deseaba con todo su ser... cumplir los 18 años y acceder por fin a la fortuna que le habían dejado sus padres, ahora adicionado a su deseo de que Tessa la acompañe para que ella no fuera marcada por la sociedad como una joven rica y soltera que vive sola.
Entre toda esa charla de pronto se dieron cuenta que ya no se encontraban en el luminoso sendero, sino que se habían adentrado en una zona oscura llena de árboles que no dejaban pasar la luz del cielo y cuando quisieron salir fueron emboscadas por un duende que quería atacarlas, pero ante la confusión de Tessa, Jessamine se defendió de su atacante hasta matarlo con su sombrilla de una manera violenta y cargada de resentimiento contra los inmundos submundos....algo que lamentó haber dicho al instante en que volvió en sí y se percató de la presencia de Tessa.
Cuando regresaron al Instituto, Jessamine llevó a Tessa a su dormitorio y le mostró una casita de muñecas de un aspecto como el que nunca había visto Tessa; Jess le contó que esa casa se la había hecho hacer su padre cuando ella era niña, y que sus padres habían renegado de ser Nefilim en su momento, igual que ella lo hace ahora.
“Tú nos salvaste,” dijo Tessa. “Hoy, en el parque. Yo no pude pelear en lo absoluto. Y si tu no hubieras hecho lo que hiciste…” “No debí haberlo hecho.” Jessamine miraba fijamente la casa de muñecas con ojos vacíos. “No tendré esta vida, Tessa. No la tendré. No me importa que tenga que hacer. No viviré así. Preferiría morir.”
Alarmada, Tessa estaba a punto de decirle que no hablara así, cuando la puerta se abrió tras ellas. Era Sophie, con su delantal blanco y vestido negro. Sus ojos, cuando se posaron en Jessamine, eran cautelosos. Dijo: “Srta. Tessa, El Sr. Branwell quisiera verla en su estudio. Dice que es importante.”
Y Jessamine volvió a la fría máscara que siempre mostró como expresión...

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