Posted by : sonirueda2009 domingo, 25 de septiembre de 2011


Capítulo 5

El Código del cazador de sombras.



El Código del cazador de sombra es el libro que comienza a leer Tessa para ver si puede
descubrir un poco más sobre los cazadores de sombras; descubrir que son, de dónde vienen y por qué hacen lo que hacen.

"Nunca nos entenderás leyendo un libro", había dicho Will, pero ese no era realmente el punto. Él no sabía lo que los libros significaban para ella, que los libros eran símbolos de la verdad y el sentido, que éste reconocía que existía y que había otros como ella en el mundo.

Pero Tessa sí aprendió cosas, como que provienen de un arcángel llamado Raziel, quién le había dado al primero de los Nefilim un volumen llamado el Libro Gris, lleno de "El lenguaje de los Cielos", que eran runas, marcas negras que cubrían su
piel, cortadas con una estela, el extraño objeto parecido a un lápiz que había visto utilizar a Will para dibujar sobre la puerta de la Casa Oscura. Las marcas proporcionaban al Nefilim todo tipo de protección: curación, fuerza sobrehumana y velocidad, visión nocturna, e incluso les permitía ocultarse de los ojos mundanos con unas runas llamadas glamour. Pero no podían marcarse los mundanos o los submundos, porque el dolor los enloquecería o directamente los mataría.

Tengamos en cuenta que por submundos se entiende a los brujos, licántropos, vampiros y hadas.

Tessa se quedó dormida leyendo, pero fué sacada de su sueño por una dulce música. Salió de su habitación buscando de donde provenía y encontró a un muchacho que tocaba un violín, asomado a la luz de la luna que se colaba por la ventana de la habitación.Él no pareció molestarse por la interrupción.



Era un joven alto, pero muy delgado; por debajo del cuello de la camisa, podía ver el borde de los torcidos diseños en negro que había visto antes en la piel de Will y en Charlotte.
Cuando comenzaron a hablar, él parecía ya haber oído sobre ella de labios del propio Will; entonces se presentó como James Carstairs, Jem para los amigos. Era el joven que no había compartido la cena con los demás Nefilim y ella porque al parecer se encontraba enfermo, pero él se disculpó ahora con Tessa ya que en realidad, dijo él, "estaba cansado, eso es todo".

Comenzaron a charlar y Tessa aprovechó para eliminar las dudas más importantes que le surgieron a partir de la lectura que había tenido antes de dormirse, pero la conversación terminó desembocando en las preguntas más personales y cada uno fué conociendo un poquito más en detalle la vida del otro y fue cuando ella ya no podía casi contener las lágrimas por recordar a su hermano, que le tomó la mano y le preguntó por la marca que tenía en el dorso, un ojo abierto.

Es una marca. ¿Sabe lo que son? Esta es la Videncia. Despeja nuestra vista. Nos ayuda a ver el Submundo.” Giró la mano, y enrolló la manga de su camisa. A lo largo de la parte interior de su pálida muñeca y brazo había más Marcas, muy negras contra su piel blanca.
¿Duelen?”
“Me duele cuando las recibo. Ahora no duele en absoluto.” Tiró de su manga hacia abajo y le sonrió. “Ahora, no me diga que son todas las preguntas que tenía.
( ella pensó Oh, tengo más de las que piensas)...

Pero fueron interrumpidos por un aparentemente ebrio Will, que volvía de una noche de juerga, contando sobre una pelea de la que fue protagonista. Jem participaba del intercambio animadamente, cuando comenzó con un episodio de tos tan violenta que provocó que se encogiera en el piso y que de su boca saliera sangre. Will estuvo a su lado en un momento, sin ningún signo de la borrachera que manifestaba. Con una suma preocupación le preguntó a Jem por su medicina . Tessa sobresaltada preguntó en que podía ayudar y Will recién en ese momento tomó conciencia del asunto: ella estaba ahí. Firmemente, pero si brusquedad la condujo fuera de la habitación

Will le habló en voz baja. “Él tiene la medicina. Yo estoy con él. No hay necesidad de que Charlotte sepa acerca de esto.”
“Pero si está mal…”
“Por favor, Tessa.” Había una urgencia escrita en los ojos azules de Will. "Sería mejor si no dijera nada de esto”.
De alguna manera Tessa descubrió que no podía decir que no.
"Yo… está bien".
"Gracias." Will liberó su hombro, y levantó la mano para tocarle la mejilla, tan ligeramente que pensó que casi podría haberlo imaginado...


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