Posted by : Lady Bellalice Blackthorn miércoles, 9 de noviembre de 2011

Esta escena eliminada pertenece al Ángel Mecánico y sucede antes de todo, antes del capítulo uno incluso.

Así que como verán, éste pudo haber sido el capítulo uno original.

Sabiendo lo que sabemos, los que ya hemos leído el Ángel Mecánico, creo que van a encontrar esta escena entre Jem y Will bastante interesante.

Aunque, si no has leído el Ángel Mecánico, no importa. Esto bien podría ser un prólogo.

¡Que la disfruten!




Era pasada la medianoche, y Londres estaba tan quieta como siempre lo estuvo; el sonido de los carruajes nunca se detenía completamente, tampoco los llantos y llamados de los moradores de la ciudad, o la plática de los rapiñadores a un costado del Tamesís, recogiendo a traves de los desechos que el río escupía en busca de algo de valor. Will Herondale y James Carstairs estaban sentados en el borde del Embarcadero Victoria, con las piernas balanceándose por un costado; el agua se arremolinaba tranquilamente debajo de ellos, oscuro cobalto, mientras se deslizaba corriente abajo hacia el Puente Waterloo.


Will bostezó y estiró los brazos hacia atras. Una espada corta, sin envainar, brilló en su regazo. "Sabes James, he comenzado a creer que este demonio Leviathan no existe. O si lo hace, está muy lejos adentro del oceano a estas alturas."


"Bueno, no será la primera vez que nos sentamos aquí toda la noche para nada, ni tampoco la última, te apuesto," dijo Jem coincidiendo. Su bastón con cabeza de dragón se balanceaba a través de sus hombros, los brazos enredados sobre cada extremo.


Su cabello claro brillaba mientras la luna salía y se metía entre las nubes. "¿Aún estás detrás de esa investigación? La chicas muertas en el Extremo Este?


"Me ha llevado a algunos lugares interesantes," dijo Will. "Le gané sesenta monedas a Ragnor Fell en el faro la otra noche. Cuando te unas de nuevo-"


"No me gustan mucho esos clubes. Mundanos desplumados, atrapandolos en juegos que no podrán ganar, burlarse de ellos y drogarlos, incluso a Subterraneos; me deja un sabor de boca amargo. Y tu sabes lo que Charlotte diría si te atrapa apostando."


"Charlotte se preocupa demasiado. Ella no es mi-" Will se cortó, y miró arriba a las estrellas, o al menos a lo que se podía ver de ellas entre el humo y las nubes. Iluminaron sus ojos de modo que Jem pudo ver el azul en ellos incluso en la penumbra, mejorado solo por las características lámparas de delfines del Embarcadero.


Jem sabía que estuvo a punto de decir, Mi madre. Era parte del modo de ser de Will el cortarse cuidadosamente antes de revelar demasiado.


"Me dijiste que tu padre solía jugar," dijo con tono deliberadamente casual, golpeteando con los dedos en la cabeza de su bastón.


Por un momento, Will pareció tan lejos como las estrellas a las que estaba mirando. "Solo ocasionalmente en juegos de cartas. Mi madre desaprobaba cualquier otra cosa. A ella no le gustaban las apuestas. Y él nunca fue uno de esos locos que acostumbran apostar a lo que sea cuando anochece, o si el viejo Griffiths escalará Mynydd Mawr ebrio.


Jem no sabía que era Mynydd Mawr y no preguntó. En vez de eso dijo, "Tu padre debió haber amado a tu madre muchísimo, para renunciar a ser un Cazador de sombras por ella."


Will frunció el ceño casi imperceptiblemente, pero su tono fué sorprendentemente calmado cuando dijo, "Lo hizo. Una vez le pregunté si se arrepintió alguna vez, pero me dijo que no lo hizo nunca. Dijo que había miles de Cazadores de Sombras, pero el Gran Amor solo llega una vez en la vida si uno es afortunado, y que uno sería un tonto si lo dejara pasar."


"¿Y tú crees eso?" Jem habló con enorme cuidado; hablarle a Will de algo personal era como tratar de no asustar a un animal salvaje.


"Supongo que sí." dijo Will despues de una pausa. "No es que importe para mi, pero-" El se encogió de hombros. "Si el amor es Grande, entonces vale la pena luchar por él."


"¿Que pasa si es inmoral de algún modo? ¿Prohibido?"


"¿Prohibido? Pero si el amor de mi padre por mi madre era prohibido, o al menos en contra de la ley. ¿O te refieres a si está casada o es un vampiro?"


"O una vampiresa casada".


"Bueno, como sea," dijo Will con una sonrisa, "uno debe luchar. El amor lo conquista todo."


"Debería advertir a los vampiros casados del vecindario." dijo Jem secamente.


"¿Y tu, Carstairs? Has estad muy callado sobre tus opiniones."


Jem desenganchó los brazos de su bastón y suspiró. "Sabes que creo que somos reencarnados," dijo tranquilamente. "Creo que si dos almas están destinadas a estar juntas, permanecerán juntas en la rueda de la fortuna y estarán juntas d enuevo en la vida después de esta, no importa lo que nos pase ahora."


"¿Es una enseñanza oficial o algo que te inventaste tu mismo?" preguntó Will.


Jem se rió. "¿Eso importa?"


Will lo miró con curiosidad. "¿Crees que me verás de nuevo?" Con el cambio de expresión en Jem, añadió, "Quiero decir, ¿hay alguna posibilidad para mi? De tener otra vida después de ésta, ¿una mejor?"


Cuando Jem abrió la boca para responder un susurro vino de debajo de sus pies. Justo cuando ellos miraron hacia abajo, un tentáculo salió disparado de la superficie del río, se enredo a sí mismo en el tobillo de Jem, y lo jaló debajo de la superficie del agua. Will se puso de pie de un salto con su espada en la mano; el agua aun estaba burbujeando en donde los tentáculos de la criatura se habían estrellado salvajemente, indicando que Jem estaba consiguiendo unos buenos golpes ahí. El corazón de Will martilleaba, haciendo que le corriera la sangre y el llamado a la batalla por las venas.


"Infiernos", dijo. "Justo cuando se estaba poniendo interesante, tambien." Y se lanzó hacia el agua detrás de su amigo.

Fuente: Cassie Clare, Ángel Mecánico, Capítulo 1
Vía: Amazon.
Traducción: Ciudades Mecánicas 
Artículo: Ciudades Mecánicas

Si tomas información, por favor respeta las fuentes.

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