Los sueños la retenían, uno tras otro, un río de imágenes que la arrastraban como una hoja zarandeada en una corriente de agua. Vio a su madre yaciendo en una cama de hospital, los ojos como moretones en un rostro blanco. Vio a Luke, de pie sobre un montón de huesos. A Jace con alas de blancas plumas brotándole de la espalda, a Isabelle sentada desnuda con su látigo enroscado en el cuerpo como una red de anillos dorados, a Simon con cruces grabadas a fuego en la palma de las manos.
A ángeles, que caían y ardían. Que caían del cielo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Saca tu estela y pon tu runa en esta entrada